Quiero partir de una
premisa sugerida por el gran pedagogo Piaget, aprovechando la segunda meta de
la educación....y es la de formar mentes que sean críticas, que puedan
verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece. El mundo de hoy necesita
personas que sean capaces de desarrollar un sentido más crítico de su propia
realidad. Esta idea nos abre a una gama de posibilidades que permiten a los
participantes poder navegar a través del conocimiento, enriqueciendo así la
manera de pensar y de actuar.
Tradicionalmente
conocemos un tipo de evaluación en los espacios educativos muy diferentes a la
manera como se debe implementar hoy día. Por ejemplo, ese tipo de evaluación
tradicional se basó en el simple recuerdo de información y en la
aplicación de conocimientos en contextos limitados, utilizando pruebas de
papel y lápiz u otras tareas académicas como el ensayo escrito. Hoy día, se
busca evaluar el logro de objetivos educativos por competencias de nivel
superior que involucren una comprensión profunda y el uso activo de
conocimientos en contextos reales y complejos. Así que, el enfoque es
integrador y más que recordar una información o un dato, es implementar nuevas
estrategias por competencias, para así brindar una mayor asimilación, más que
convertirse en un papagallo repetidor de información.
Un modelo evaluativo
debe verificar que los contenidos y los objetivos respondan a las necesidades,
intereses y capacidades existentes. No puede estar ajeno a
la realidad, debe salir de las necesidades y las necesidades reflejar los
objetivos. Así que, se mantiene una relación estrecha entre los objetivos, la
realidad y los intereses de los participantes.
Es importante plantearse
algunas interrogantes al hablar de la evaluación en el aula virtual, que
consisten en: ¿Cómo se evalúa a los estudiantes? ¿Se aplica de manera
congruente? ¿Cuáles son las más adecuadas formas para evaluar el proceso
educativo de los estudiantes? ¿De qué manera medir el conocimiento adquirido a
distancia?
Sin duda, estas
cuestionantes nos ofrecen cierta cercanía en un mismo escenario entre el
profesor y el participante, acerca de todo el proceso de enseñanza aprendizaje
a distancia. Ahora bien, la evaluación, como categoría didáctica, responde a la
pregunta ¿En qué medida se aprende y/o se enseña? ¿Brinda información acerca de
la calidad de los objetivos propuestos? ¿Juega un papel
trascendental en el cambio educativo? ¿Es una categoría de las
que más insatisfacciones genera con relación a su verdadero propósito?
Preguntas como éstas dan sentido a la acción educativa que se lleva a cabo en
el espacio virtual. Se enriquecen el conocimiento a través del logro de los
objetivos.
La evaluación no es solamente la comprobación de los
resultados del proceso de aprendizaje de los conocimientos, es también factor
regulador de la dirección del mismo. Debemos considerar la evaluación en su
real dimensión y utilizarla como instrumento que permita, por una parte,
establecer la calidad con que se cumplen los objetivos y logran las
competencias, y, en relación con los resultados alcanzados, determinar las
correcciones que sea necesario introducir para acercar cada vez más los
resultados a las exigencias de los objetivos. El uso efectivo de asegurar la
calidad de la docencia es el objetivo de la evaluación del rendimiento. Se
trata de un proceso diseñado para medir, de forma objetiva, el rendimiento
laboral en entornos virtuales
Asegurar la calidad de la docencia es el objetivo de la
evaluación del rendimiento. Se trata de un proceso diseñado para medir, de
forma objetiva, laboral en entornos virtuales el rendimiento de los
participantes. De modo, que con la evaluación también medimos el nivel de
rendimiento del participante. Algunos elementos a tomar en cuenta, tales como: sistemático,
objetivo, participantes y flexible.
Algo importante a destacar, es que el participante debe
también llevar a cabo una autoevaluación sistemática. Esta evaluación debe
estar enfocada en la calidad efectiva y no en la cantidad, pues de esta manera
logra explorar por medio de su pensamiento nuevas ideas innovadoras y
desarrollar aun más, todo su potencial y valorarlo, no solamente porque se lo
digan, sino, porque posee la capacidad de hacer sus propias críticas o más
bien, una criticidad. La evaluación debe permitir, al estudiante, elevar sus
conocimientos al estimularlo a superar sus desaciertos, lo que garantiza de
forma general su crecimiento personal.
Es menester identificar algunos principios de la evaluación
del aprendizaje en la enseñanza, que son: confiabilidad, validez, objetividad y
autenticidad.
Las nuevas herramientas tecnológicas ayudan a que los
participantes puedan adecuarse a los tiempos a través del uso de las nuevas
formas de vivir. Cuando se logra conectar algún contenido y los objetivos con
alguna estrategia llevada a cabo como método de evaluación. En atención a
lo indicado, consideramos tres objetivos básicos que deben facilitar la
evaluación virtual:
- Estimular al estudiante a la responsabilidad, la toma de decisiones y el aprendizaje intencional en una atmósfera de colaboración entre los estudiantes y los docentes.
- Promover el estudio y la investigación dentro de contextos ricos en información y significado.
- Utilizar la participación en actividades que promuevan procesos de pensamiento de alto nivel, incluyendo la experimentación, la solución de problemas, la creatividad, la discusión, y el examen de tópicos desde diversas perspectivas
Finalmente entendemos la evaluación virtual como:
b. Sustento de la calidad del programa: pertinencia, coherencia, autenticidad, competencias.
c.
Mejoramiento continuo en post de una formación integral.
De tal manera, que la evaluación virtual cobra sentido cuando se hace bajo
estos parámetros objetivos. El proceso se evalúa en base a criterios enfocados
hacia la excelencia, identificando siempre oportunidades de mejoras.
Israel Peralta
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