Dios; como realidad del ser absoluto en Tomás de Aquino
frente al Superhombre; dios de Nietzsche
Para Tomás de Aquino a Dios le podemos
conocer de dos maneras muy diferentes. En primer lugar, bajo una razón común y
confusa, que es igual a razón de verdad en común. Y la otra es, bajo una razón
propia, es decir, por algún atributo propio y exclusivo de Dios, como motor
inmóvil, ser absolutamente necesario. Ahora bien, el conocimiento que se tiene
de Dios por algún atributo exclusivo de Él es propio, aún cuando sea de modo
imperfecto. Conocer a Dios bajo alguna razón común y confusa, no es,
propiamente hablando, conocer a Dios como el que divisa a lo lejos a alguien
que se acerca, aún cuando en verdad sea lo que se trata de percibir, y aunque
sea Dios nuestra felicidad, pues muchos la hacen consistir en el poder; otros,
en las riquezas, y otros en los placeres. Y esto para Tomás de Aquino no es
conocer a Dios como ser absoluto. Luego, al conocer a Dios por razón propia y
exclusiva, identificamos su existencia con la misma esencia divina.
En San Anselmo, todos los hombres cuando
hablan de Dios quieren expresar bajo este nombre el ser más perfecto que se
puede pensar e imaginar. Ahora bien, si este ser careciese de existencia, no
seria, obviamente, el más perfecto que se puede pensar e imagina, ya que un ser
cualquiera existente, por el simple
hecho de existir, ya seria más perfecto que El. Es por ello, que en el
concepto mismo de Dios está implicada su existencia real. Aunque en Tomás, no
todos entienden bajo el nombre de Dios el ser más perfecto que se puede pensar,
puesto que muchos han concebido a Dios como cuerpo.
“Quien bien entienda lo que significa
este nombre “Dios”, en El encontrará encerrada su existencia actual”. (San
Anselmo)
De modo que la existencia de Dios es
evidente para todos los hombres; por lo que, solo el necio, afirma Tomás, puede decir, no hay Dios.
Dios es el ser más perfecto que se puede
pensar. Ahora bien, destaquemos dos sentidos que pueden tener esta proposición:
- En primer lugar: Dios es el ser real y más perfecto que se puede pensar. En este sentido, esta proposición supone la realidad y existencia de Dios, y esto por consiguiente da fundamento de demostración con los ateos. Y esta afirmación tomista retuerce los labios de Nietzsche hasta hacerlo decir, que el superhombre es el único ser real.
- En segundo lugar: Dios es el ser más perfecto que la mente del hombre puede concebir. Aunque en este sentido no se trata de un ser real, como en la proposición anterior, sino de un ser concebido por el hombre como el más perfecto que se puede pensar. De manera que, quien piensa a Dios como el ser más perfecto que se puede concebir, lo piensa también como realmente existiendo.
Ante todo esto y pese a la real
evidencia de la existencia de Dios que nos habla Santo Tomás; Nietzsche se
atreve a afirmar que Dios ha muerto. Y esta muerte de Dios hace surgir en
Nietzsche lo que él denomina el Superhombre. Es decir, todo ese
reconocimiento pleno de la ausencia de sentido es la condición para que pueda
surgir un sentido, que dicho sea de paso, viene a ser en Nietzsche la presencia
del devenir, y con ello, obviamente, el nacimiento del superhombre. Nietzsche
hace destacar que el superhombre, es el que asume la muerte de Dios, aún con
todas sus consecuencias, y no lo sustituye más que con la vida. En este
sentido, es el más fuerte, es el más noble, es el legislador, es el autentico
filósofo, es el creador de nuevos valores en tanto que no precisa de falsos
valores. Es por consiguiente, capaz de superar y transvalorar los valores
reactivos y contrarios a la vida que han caracterizado la historia de toda la
cultura occidental.
Ahora
bien, Santo Tomás se une al Salmo 52,1 que aclama: Dice el necio en su interior; no existe Dios. Nadie puede pensar lo
contrario de lo que es evidente por sí mismo. Este conocimiento de que Dios
existe esta impreso en todos por naturaleza. Por consiguiente, Dios es evidente
por sí mismo. Tomás, contrario a
Nietzsche, atribuye todo esto a unos principios de demostración, que son: una
vez sabido lo que es todo y lo que es parte, automáticamente se sabe que el
todo es mayor que la parte. De modo que, una vez comprendido lo que significa Dios
se concluye que Dios existe. Por tanto, si con este nombre se da a entender lo más
inmenso que se puede comprender, más inmenso es lo que se da en la realidad y
en el entendimiento que lo que se da solo en el entendimiento. Luego entonces
hemos de concluir, que al estar en el entendimiento también está en la
realidad. Por lo que, nos consta que Dios es evidente por sí mismo.
Por
otro lado, Dios es la verdad. Que existe la verdad es evidente por sí mismo, ya
que quien niega la verdad está diciendo que la verdad existe. Luego, para que
algo sea verdadero es necesario que la verdad exista, y esa verdad es Dios.
Decir la verdad en general existe, es evidente por sí mismo, pero que exista la
verdad absoluta, no es evidente para nosotros. Eso sería otra razón de que Dios
existe y es evidente por sí mismo.
Tomás
establece una proposición entre sujeto y predicado acerca de la demostración de
Dios. Y para ello, es necesario preguntarnos antes ¿En qué consiste esta proposición? Para Tomás, el sujeto viene a
ser “Dios” y el predicado “existe”. Pero para Tomás, decir predicado y decir
sujeto es lo mismo en cuanto tal, puesto que se trata de Dios, y Dios es su
mismo ser.
Todas
las perfecciones están en el ser y si los entes no las poseen es por la
limitación de esencias, que limitan o imperfeccionan al ser. Pues Dios es el
único ser subsistente y no puede faltarle ninguna de las perfecciones del ser.
Todos los atributos divinos se identifican realmente entre sí y con la esencia
misma de Dios, que consiste en su ser. Los atributos divinos tienen una
distinción de razón con fundamento en la realidad, que es el de los distintos
puntos de partida en las creaturas.
Tomás,
en la “Summa Teológica” denota los siguientes atributos divinos: Simplicidad, Perfección,
Bondad, Belleza, Infinitud, Inmensidad, Ubicuidad, Inmutabilidad, Eternidad y
Unicidad. Y comienza por la simplicidad porque entiende que en Dios no
significan imperfección, sino la máxima perfección. Esta perfección lo lleva a
descubrir la bondad, que dicho sea de paso, se funda en ella. En definitiva,
Tomás hace todo un estudio con cada uno de estos atributos divinos que vienen a
ser entitativos al Ser Absoluto que es Dios.
Nietzsche
con su aptitud adversa a la de Tomás de Aquino, y haciendo referencia a todo
esto, dice que la muerte de Dios promete al hombre la conquista de una nueva
dimensión de su ser, su dimensión divina. O sea que, ya no sería Dios el que
posee la dimensión divina, ni tendría en su esencia pura todos los atributos
antes mencionados, lo cual sería en Tomás como una especie de doxa, a mi modo de ver, ya que solo Dios
por ser el único Ser Absoluto, goza de su dimensión divina. Por consiguiente,
el hombre es solamente una criatura, lo cual viene a significar y a identificar
la incapacidad del hombre como ser creado.
Israel Peralta B.